El pintor antes de morir en 1985 |
La exposición retrospectiva del pintor abstracto Mariano
Royo cuenta hasta el día 10 en la Ciudadela de Pamplona con un nuevo atractivo,
un video que ha rescatado del olvido el productor Koldo Lasa sobre la perfomance que el artista fallecido en
1985 hizo tres años antes en el patio de la pajarera del Castillo.
Se celebraba entonces la segunda
edición de los Festivales de Olite y a su fundador, el también desaparecido
Valentín Redín, se le ocurrió que al adelantado a su tiempo Mariano Royo había
que filmarle un video disfrutando al estilo del norteamericano Jackson Pollock.
Y allí se
subió Mariano, un tipo peculiar al que nos robó pronto el cáncer. Encaramado en
las almenas del palacio comenzó a tirar botes de pintura sobre un lienzo de
tablas improvisado en el suelo de la pajarera. Descamisado, con la barba
salpicada de Titanlux y el pitillo de Bisonte, apurado, en la boca... , una
imagen imborrable para los paletos de pueblo que alucinábamos con aquel artista
loco, miembro del staff de los originales
primeros festivales.
Un Mariano
siempre vital, que lo mismo te pintaba la fábrica de la Azucarera de Marcilla en
cuatro trazos (hoy el cuadro está en la sala de portavoces del Parlamento) que,
en los últimos tiempos, el bicho negro que carcomía su salud y grandiosa personalidad.
Mariano Royo, siempre fuiste un visionario,
hasta para creer en aquel incipiente Olite como escenario de un festival trascendental.
Como decías tú, qué suerte tuvimos en cruzarnos, aunque por poco tiempo, en
este mundo gigante que da vueltas como un loco sobre sí mismo y, además, gira
en un universo lleno de galaxias donde aún, treinta años después de haberte
evaporado, cuelga tu espíritu rebelde en la sala de Armas de la Ciudadela. Qué
suerte, Mariano !!.
Mariano Royo en la Pajarera del Castillo de Olite |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en El Oltense. Tenemos en cuenta tus opiniones y próximamente publicaremos el comentario si se atiene a los parámetros editoriales. Síguenos y cuéntanos.