Arco central |
Que las piedras hablan en Olite es palpable, como ya
señalamos cuando abordamos los angelotes que custodian la puerta de la iglesia
de San Francisco, y más si el curioso sigue el reguero de escudos heráldicos que
dejaron en varias fachadas algunas de las figuras señeras de la historia
navarra en su mayor esplendor, cuando fue reino propio, como los emblemas
esculpidos en el arco central del claustro de Santa María la Real.
Imagen de la izquierda |
Las mismas armas que en el escudo principal
del claustro se aprecian debajo de las figuras situadas a ambos lados. Una, a la
izquierda, la que siempre se ha considerado de Blanca de Navarra que fue restaurada
y sustituida por una pieza nueva, cuya heráldica exhibe, muy deteriorados, los relieves
de Aragón, Castilla, Navarra-Evrerux.
La otra, a la derecha, una supuesta virgen
que debajo tiene la heráldica de Carlos III el Noble, las flores de lis de
Francia y la banda cruzada del condado de Evreux con las barras perladas (dixit
el uxuetarra Mikel Burgui) o carbunclo pomelado (para el beirense Carlos del
Villar) del escudo navarro.
Lado derecho con Navarra-Evreux |
“El lado
derecho es siempre en heráldica el lado preeminente. En este caso aparecen las
armas de Navarra (doña Blanca) delante de las de su marido (don Juan), porque
ella era la reina propietaria. Pero en esa época lo habitual era que las de las
mujeres siguieran a las del marido, por lo tanto esta representación nos dice
que era ella la importante, al menos mientras estaban en Navarra”, explica el
estudioso Mikel Zuza.
Angelote con calderos de Lara |
Por otra parte, en el escudo superior
que preside el arco la heráldica de la parte derecha corresponde a Juan, rey
consorte. No se observa ningún caldero de la casa de Lara de Burgos, como en el
angelote de la portada de la parroquia de San Francisco. Según Zuza, “en el
caso del escudo de San Francisco, evidentemente el de la izquierda pertenece a
don Juan, pero a don Juan cuando no era más que infante. Blanca y Juan se
casaron en 1420, y hasta 1425, cuando murió Carlos III, no fueron precisamente
más que eso: infantes de Navarra y de Aragón y de Sicilia. Como en el caso del
convento los escudos aparecen separados, en el de don Juan aparecen a la
derecha los calderos del señorío de Lara, las águilas de Sicilia y los palos de
Aragón (que eran sus armas propias), y a la izquierda las de Navarra-Evreux,
que eran las de su esposa”.
Los calderos de Lara se reproducen en
Navarra sólo en otro escudo: en el sepulcro de la infanta Juana, la hermana del
príncipe de Viana que murió muy niña y fue enterrada en San Francisco de
Tudela. Actualmente el sarcófago se conserva en el Museo de Navarra.
En la placeta que da a Santa María todavía
hay un escudo real más. Se trata del que, duplicado, aparece en el ventanal de
la fachada del Parador. Se ve uno muy deteriorado, el original, con las armas de
la monarquía navarra sostenidas por dos lebreles. Al lado hay una réplica, tallada
en los años de restauración del edificio a mediados del siglo pasado por el
maestro cantero gallego Manuel Rives, según cuenta a sus 90 años Luis Ruiz “Cantarín” que
participó en la reconstrucción. Pero eso
es otra historia ...
Ventanal del Parador de Turismo |
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