Después de aproximadamente 600 años de historia, toca a su fin la “eternidad” del hermoso ventanal de trazo trilobulado que adorna la torre de la Atalaya del castillo de Olite/Erriberri.
El Gobierno de Navarra ha instalado el andamio que retirará definitivamente el “lazo eterno” original que, afectado por el mal de piedra que lo desmorona, posiblemente será sustituido por uno de nueva talla.
En marzo del año pasado se procedió al estudio detallado del ventanal ornamentado con el lazo que, por ejemplo, utilizó como emblema el Príncipe de Viana.
Para evitar el desmoronamiento, la traza fue “vendada” y se analizó el deplorable estado que amenaza su desaparición, tarea en la que participó la empresa Guiarte que gestiona el Palacio y el Servicio de Patrimonio del departamento de Cultura.
La consolidación no ha sido del todo efectiva por lo que, al aparecer, el andamiaje servirá para retirar el arco gótico y colocar una réplica, tal y como ocurrió hace unos años con la talla de Blanca de Navarra que, también aquejada del mal de piedra, estaba en el claustro de la iglesia de Santa María.
La ventana protagonista es muy original porque tiene un triple lazo o lazo infinito, sin principio ni fin, una tracería cruzada que da lugar a espacios “trilobulares”.
La torre de la Atalaya, conocida también como torre del Vigía o de la Joyosa Guarda, se levantó en la primera década del siglo XV, entre los años 1411 y 1414. En uno de sus frentes está el amplio ventanal recto que en su mitad superior posee la tracería del trilóbulo.
Por su estratégico emplazamiento, la torre era utilizada como observatorio y en ella estaba permanentemente un vigía. Cuando el soldado advertía la llegada de personalidades o algún peligro hacía sonar un cuerno, a modo de corneta, para advertir así a la guardia del palacio.
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