lunes, 12 de abril de 2010

EL PRIMO DEL "GREEN MAN" VIVE EN PARÍS

La revista francesa “Dosieres de arqueología” muestra en su último número un reportaje de la cara pétrea de un “hombre primavera”. El rostro con decoración vegetal ilustra una crónica sobre el arte escultórico en París en siglo XIII e invita a ver una exposición que hasta el próximo mes de mayo permanece en el Museo de Cluny, en pleno barrio Latino y junto a la Sorbona. Pero hay más, el semblante tallado guarda gran similitud con una figura que está en la clave de la portada de la iglesia de Santa María de Olite, tanta que parecen primas carnales y salidas de un patrón. Sin embargo, el Catálogo Monumental de la Merindad editado por el Gobierno de Navarra en 1985 atribuye a la escultura olitense el extraño origen de los “green man” que aparecen en templos de Inglaterra.

En la exposición de París, además de nuestra cara protagonista, hay toda una serie de claves con rostro humano que presentan motivos similares, si bien ninguna es tan parecida a la de Olite como la llamada “máscara frondosa”, esculpida en la Ciudad de la Luz en la segunda mitad del siglo XIII y que en origen decoró el punto de unión de una bóveda de la sala capitular de la propia abadía de Cluny, demolida en 1859 y que en la actualidad es el museo de la Edad Media de París.

La clave que ilustra la exposición es una de las más famosas del museo. La cara humana rodeada de una vegetación frondosa, que podría ser perejil, como en Olite, expulsa por la boca hojas que se extienden hacia la frente, orejas y barbilla. En el catálogo de la exposición francesa la figura es descrita como “un motivo antiguo, intrínsicamente vinculado a la divinidad silvestre”, fusión de un mundo humano, pagano y vegetal. “Una oda a la naturaleza domesticada” que, en apariencia, poco tiene que ver con los templos cristianos que decora en París u Olite.

Para quien esto escribe, la curiosa clave de la portada navarra hubiese pasado desapercibida entre la copiosa decoración que la rodea, si no llega a ser porque en 1995 la Institución Príncipe de Viana decidió restaurar la fachada de Santa María la Real de Olite. Para el trabajo instaló un enorme andamio, que a este curioso permitió fotografiar, a menos de un palmo, las múltiples figurillas que se esconden en una de las obras más destacadas del gótico foral.

Y allí, a seis metros de altura del firme o más, me encontré cara a cara, nunca mejor dicho, con un rostro vegetal que quedó grabado en mi mente y también me sirvió de motivo principal para una exposición de fotografías que en agosto de aquel año se abrió en las galerías de la Plaza de Olite con el título “Portada con lupa”. Para documentar la muestra acudí al Catálogo Monumental de Navarra y en su volumen dedicado a la Merindad hallé mención al “green man” (hombre verde en inglés). “Un rostro de cuya boca salen ramas que le envuelven completamente. El origen de este tema, que también aparece en Ujué, y el de otros que aparecen desarrollados por el dintel y jambas de la portada olitense, hay que buscarlo en Inglaterra”, informa el catálogo oficial.

Pese a la influencia anglosajona apuntada, lo cierto es que la monumental portada tiene más relación histórica con Francia que con cualquier otro reino del medievo europeo. En la misma puerta de Santa María, iglesia anexa al Palacio Real, su arco decorado con todo lujo de detalles vegetales guarda, un poco escondidas, las figuras de los reyes que en el siglo XIII mandaron levantar la obra. Se trata de Juana I de Navarra (1274-1305) y su marido el rey de Francia Felipe el Hermoso, que también reinaban en Navarra en el momento de esculpirse la Portada.

La figura del hombre primavera,“green man” para los ingleses, tampoco es tan extraña, si bien la ubicación como clave del arco principal de entrada a la iglesia da al de Olite una relevancia especial. El Catálogo Monumental ya a punta que en Ujué hay más ejemplares, si bien no mantienen el mismo parecido con el París y, como ocurre en la mayoría de los casos, los rostros están situados en bóvedas del interior de los tempos o bien en capiteles y contrafuertes, como dos de los que hay cerca de la Portada Norte del santuario de Santa María de Uxue.

La representación del hombre vegetal, conservada con mayor o menor calidad, también se halla en Estella, en la catedral de Pamplona, en Viana o en San Saturnino de Artajona. Sin embargo, en ninguno se cumple tanta afinidad como en el de Olite y Cluny.

También se han datado máscaras de este tipo en lugares tan dispares como Alemania o Turquía. Eso sí, casi siempre talladas en capiteles de columnas. El Inglaterra tuvieron especial presencia y hay ejemplos en las bóvedas interiores de catedrales como las de Canterbury o Winchester.

Quienes han estudiado este tipo de arte insisten en su carácter mitológico, pre cristiano. Funcionarían como una suerte de amuleto para alejar el mal y congraciarse con la buena fortuna. También como garantía de buenas cosechas y de fertilidad. Están relacionadas con el ciclo de la naturaleza, con el renacer de la primavera.

El especialista en este tipo de arte Kevin McCearnok ha escrito sobre “el hombre verde en los ornamentos medievales” y llegado a la conclusión de que de Mesopotamia pasaron a los sarcófagos de Roma. “Sobreviven a la caída del paganismo antiguo y vuelven a parecer en las columnas y enjutas de las iglesias cristianas de Occidente”. Otro autor, Bernardo de Claraval, advirtió de su uso “grotesco” en la decoración de los monasterios que dependían de Cluny ...

Por el momento hay poco publicado sobre cómo llegó esta práctica decorativa menor al Reino de Navarra. Parece más propio aventurar que penetró desde Francia, antes que de Inglaterra. La monarquía navarra enlazó en este tiempo con los reyes franceses e incluso algunos ciñeron las dos coronas.

Se podría conjeturar que alguno de los mazoneros o canteros que se empeñaron en las obras del Palacio de Olite y su iglesia aneja pudieron haber llegado del mismo París e, incluso, trabajado en la talla de las figuras de Cluny. No sólo mantiene gran parecido el “hombre primavera” de la Portada de Santa María, sino que las figuras de los apóstoles que hay a ambos lados de la puerta tienen semblantes y vestidura muy afines a esculturas procedentes, por ejemplo, de la Santa Capilla de París y que también se exponen en la muestra ahora abierta en el museo de Cluny.

Entre los mazoneros que esculpieron en Olite hay documentados artistas franceses de Reims, Borgoña o Montpelier. El grupo compartió tarea con talladores del reino, como el olitense Johan de Lerga, que con el rey Carlos II figuraba como maestro director del Santuario de Uxue. Los tafalleses Martín, García y Pascual Guillem, junto a Martín Périz de Barbinzana y Pedro Sánchez de Navascués, formaron equipo con Lerga para, en una época posterior, iniciar los trabajos de construcción del Palacio Real de Olite.

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