También
que en la última década ha habido una “menor tasa de empleo”. En consonancia
con la crisis global, apunta un importante incremento del paro que en 2007 era
de 94 personas, en 2010 subió a 198 y actualmente, en momentos puntuales, ha
podido pasar de 250.
En aspectos “estructurales” el análisis revela
los bajos índices de natalidad y envejecimiento de la población, que se han estabilizado,
en parte, gracias a que llegaron nuevos
vecinos. Lo que conlleva “una fuerte dependencia de los flujos migratorios”.
Sobre “organización y gestión
municipal”, estima como carencia que el nivel de ejecución del presupuesto del
Ayuntamiento es “muy inestable en los últimos años, mostrando ratios desde el
50% al 90%”. Califica, además, de “notable” el endeudamiento y añade que “puede
comprometer” el desarrollo del trabajo ordinario del consistorio.
En factores ambientales, como el
aprovechamiento del agua corriente, el estudio destaca que hay tramos de la red
que tienen más de 50 años de antigüedad lo que acarrea grandes pérdidas de
flujo. Los malos olores que llegan al casco antiguo desde la Depuradota y la
empresa Fagor Ederlan aparecen en el capítulo de “contaminación atmosférica”.
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