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Detalle de las rosas talladas |
Aitor Iriarte, que realiza muchas veces 400 kilómetros de
ida y vuelta a su casa de Bilbao solo para estudiar la traza del Palacio de
Olite, anda empeñado últimamente en el gran ventanal de la fachada del Parador,
el Palacio Viejo que dio origen a todo el monumento.

Iriarte
necesita ayuda para estudiar con una grúa el ventanal porque “desde el suelo no
se pueden sacar fotografías ortogonales y nítidas ni, mucho menos, tomar los
perfiles de las molduras. La tracería interior está mal reconstruida y
distorsiona el conjunto, con tanto mainel. Yárnoz proponía algo diferente y
quizá tuviese razón, pero tengo que darle un vistazo de cerca a las partes
originales”.
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