Las familias de media docena de alumnos de 4º de Secundaria
de la ikastola Garcés de los Fayos, alguna de ellas de Olite/Erriberri, andan
estos días preocupadas porque no tienen garantizado que el próximo curso sus
hijos puedan estudiar Bachiller en euskera en el centro público más cercano, el
instituto Iturrama de Pamplona/Iruña, que les permite compaginar transporte y
horario escolar sin enfrentarse a largas jornadas de mañana y tarde.
El
instituto da preferencia a los alumnos empadronados en la capital navarra, así
que los que intentan matricularse desde Tafalla tienen menos opciones o, como
avanzan este año, quedan fuera. Los padres reclaman igualdad de oportunidades,
más cuando sus chavales ya hacen un esfuerzo considerable para desplazarse a
diario hasta Iruña desde, por ejemplo, Olite/Erriberri, Tafalla o Barasoin.
Quieren que sus hijos sigan los estudios en el modelo que, contra viento y
marea, han elegido. En el instituto más cercano (42 kilómetros desde Olite), ya
que la actual "ley del vascuence" no les permite hacerlo en su merindad, incluida
en la “zona no vascófona”:
"El derecho a estudiar en euskera en Nafarroa"
Cuando matriculamos a nuestros hijos e hijas en la Ikastola
Garcés de los Fayos de Tafalla, apostamos claramente por su educación en el
modelo D. Por desgracia, Tafalla se encuentra en la zona no vascófona que se
encargaron de delimitar los y las políticas de turno sin siquiera preguntar a
la ciudadanía; por ello no tuvimos la oportunidad de llevar a nuestros
retoños/as a una escuela pública y los inscribimos en un centro privado
(concertado).
De aquello han pasado trece años y ahora, al finalizar la
enseñanza obligatoria, les toca elegir dónde, cómo y qué bachillerato estudiar.
No es una decisión que tengan que tomar a la ligera, puesto que marcará el
rumbo, profesional e incluso personal, de sus vidas; pero es una decisión que
tienen que tomar ellos/as y nadie lo debe hacer en su nombre ni puede
obligarles a estudiar lo que no quieren o en un centro que no han elegido. Pues
bien, cada uno de ellos/as ha elegido el itinerario que ha creído más adecuado
a sus capacidades y expectativas de futuro; pero todos coinciden en una cosa:
quieren continuar sus estudios en euskera.
En ello estamos, y fruto de la decisión que han tomado se
han quedado fuera del centro elegido, además teniendo notas medias superiores
al ocho en la mayoría de los casos. Con el baremo del departamento de Educación
a la vista y la ley en la mano, no tenemos derecho a quejarnos y nuestra
pregunta es la siguiente: ¿es justo el baremo que se aplica?. Por qué dar
puntos si estás empadronado en Pamplona o su comarca o si tus padres tienen el
centro de trabajo ubicado en Pamplona o su comarca, cuando sería mucho más
justo favorecer a los/as estudiantes que no tienen modelo D en sus ámbitos
comarcales, que pierden dos horas al día en los desplazamientos y que incluso tienen
problemas de horarios con el transporte público y, bien salen antes de clase,
bien pierden todavía más tiempo esperando al siguiente autobús.
Decimos a nuestros/as hijos/as que estudien duro, que las
notas les abrirán puertas; y ahora que han visto que no les sirven siquiera
para acceder al centro que ellos/as han decidido para comenzar sus estudios
superiores ¿cómo motivarles?, ¿cómo quitarles de encima el sentimiento de
frustración y la decepción que ahora sienten?
Se han quedado fuera seis alumnos/as que habían elegido el
Instituto Iturrama como primera opción. En algún caso ha sido el escogido por
las materias optativas que ofrece y, en todos los casos, porque permite ir y
volver en autobús de línea con el tiempo justo para los desplazamientos. Decía
que han sido seis los/las que han quedado fuera de Iturrama, pero podían haber
sido dieciséis ya que diez alumnos/as han sido matriculados en un centro
privado (concertado), con el coste que eso conlleva para las familias y gracias
al esfuerzo del centro que se hace cargo de parte del transporte (con la
limitación de plazas que han marcado).
En algún curso anterior ya había habido problemas similares,
aunque no con tantos/as alumnos/as, pero este año es una tomadura de pelo. Y el
problema no acaba aquí ya que a partir de ahora, salvo la siguiente promoción,
todos los cursos tienen una cantidad considerable de alumnos/as; por ello es
lógico pensar que seguirá habiendo problemas. ¿Acaso en la Zona Media de
Nafarroa no somos navarros/as o pagamos menos impuestos que el resto de
ciudadanos/as?. Queremos que las opciones para estudiar en nuestra lengua sean
las mismas para todos/as, vivan donde vivan.
Sr. Iribas la solución definitiva a este problema continuado
en el tiempo, está en sus manos. Es tan simple como ver la demanda de plazas
que hay para el modelo D y adecuar la oferta. Es tan simple como eliminar del
baremo aspectos que imposibilitan que el alumnado de Nafarroa tenga las mismas
oportunidades. Es tan simple como dejar la cabezonería política a un lado y dar
a la Zona Media el modelo D público que está demandando para el bachillerato.
Querer es poder, o eso dicen.Aunque todos sabemos que la solución definitiva es la
supresión de la injusta Ley del Vascuence.
Fdo.: Joseba Escalera, Marian Llorente, Cristina Arconada, Goio Iriso, Mª José Andueza, Marga
Olalla, Begoña Rodríguez, Oscar Criado,
Encarna Baños, Juan Amezketa.
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