La magia que nace de la guitarra del maestro Manuel Guerrero
Carabantes envolvió el martes por la noche la sala de catas del Museo del Vino
de Olite, que se estuvo llena para recibir en su pueblo el concierto que el
profesor Mércury dedicó al gran Sabicas.
Guerrero hizo vibrar las cuerdas con
toques flamencos. Se acordó del desaparecido Paco de Lucía y de los muchos amigos que siguen al del barrio de
Venecia y le quieren. Entre pieza y pieza, muy ensayadas, hubo tiempo para
saludar a su nonagenaria madre, María, en primera fila. Como suele hacer, al
final del concierto implicó al público con la letra de su tema “El día se va”, una canción pegadiza y
generosa. Al final, Manolo firmó discos y libros sin medida, como es él.
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