Con una comida que reunió a 42 personas en un restaurante de
Olorón (Francia) terminó el domingo el viaje que el grupo por la memoria
histórica de Olite/Erriberri organizó al campo de concentración bearnés de
Gurs, y que tuvo su momento más emotivo en la ofrenda floral que los desplazados
hicieron en el cementerio donde están enterradas más de mil personas que desde
1939 compartieron los mismos barracones que los 12 republicanos de Olite que
fueron recluidos en el recinto tras perder la guerra civil.
El
presidente y la secretaria de la asociación Tierras de Memoria y de Lucha de
Olorón, Raymond Villalba y Monique Demay, respectivamente, acompañaron a los
olitenses. Otro momento intenso de la jornada fue la inspección de la
reproducción de un barracón en el que malvivían hacinadas 60 reclusos. Hubo
años que, según el también exconcejal Villalba, morían hasta 20 personas
diarias a causa del tifus o la disentería. La olitense Maribel Sembroiz contó
la experiencia de su padre y su tío, así como del grupo de presos de Olite y
Tafalla al que un gitano alimentó con tomates durante un tiempo.
Con una comida de fraternidad y una visita a Olorón se clausuraron posteriormente las jornadas “Prisioneros en Gurs” que han consistido, además del viaje, en una conferencia sobre el tema ofrecida por el historiador Josu Chueca y la inauguración en la Casa de Cultura de una exposición sobre este campo de concentración construido para albergar tras sus alambradas a 18.500 personas y que fue el mayor del sur de Francia.
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