viernes, 28 de septiembre de 2012

GENIO Y FIGURA, CUSTODIO AZCÁRATE “EL CATATO”


Por Ángel Jiménez Biurrun

Con la concentración parcelaria de los campos se han perdido cantidad de topónimos y no sé si han quedado recogidos en alguna parte. Uno de ellos es el de la famosa Huerta del Catato, que tiene su historia, la huerta, la casa y el talante del dueño.

         Custodio Azcárate, que era el propietario, era un olitense que siendo niño fue a parar a una casa de una tía de San Martín de Unx. A los años, el chaval regresó al pueblo y en Olite todos le llamaron con el sobrenombre del Catato, que es como se conoce a los sanmartinejos.

         Hecho ya un hombre, Azcárate emigró a Argentina en busca de fortuna. Volvió con ahorros suficientes para comprar una finca que había cerca del antiguo lavadero. La rodeó con árboles de manzanicas de pastor y levantó una casa donde vivió hasta el año 1938.

         El Catato fue hombre soltero, de gran talante y sentido del humor. Perteneció a la cuadrilla “La Vasca”. Su casa tenía siempre las puertas abiertas. En la huerta criaba un grupo de patos que se comían sus amigos en fiestas.

         Cuando llegaba la vendimia tenía otra costumbre. Con los compadres preparaba una comporta de uva en la que elaboraba vino que consumían en las farras que hacían en la huerta y en las fiestas del año siguiente. Custodio era el encargado de todo.

         La cuadrilla de “La Vasca” tenía la rutina de ir con un quinteto de músicos a las fiestas de los pueblos de la Merindad. El Catato siempre llamaba la atención porque acudía ataviado con frac y sombrero de copa.

         Se podrían escribir muchas anécdotas de este personaje. No solo fue un hombre de humor excelente, sino que además era persona de una pieza. Muchos tampoco saben que la Plaza de Olite durante más de un  siglo llevó el nombre de su padre, Galo Azcárate, alcalde olitense que se distinguió por rescatar el comunal para el pueblo.

Custodio fue siempre un olitense de buena disposición, maduro por la luz, los vientos y los momentos políticos que le tocaron sortear en su tiempo. Al estallar la guerra civil en 1936, en la oscuridad de la noche, Azcárate supo acoger en su casa a una veintena de hombres perseguidos por sus ideas que huían a zona republicana.

         En pleno conflicto, cuando descansaba en la localidad tropa del ejército sublevado con Franco, Custodio Azcárate apareció muerto en su huerta en circunstancias violentas y poco claras. Tenía 58 años. Mientras vivió fue feliz en su hogar. Después quedó vacío y solo se mantuvo el topónimo, ahora desaparecido, de la Huerta del Catato.

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