García Leoz musicó la despedida de los voluntarios |
“Cantata de
los héroes y la fraternidad de los pueblos” era el nombre del trabajo conjunto
del escritor gaditano y el músico olitense, que ha salido ahora a la luz gracias
a la investigación plasmada en el libro “Jesús
García Leoz, un legado interrumpido” que Laura Celaya Álvarez (Cabanillas,
1975) ha publicado con ayuda del Gobierno de Navarra y que se presentará en la
Casa de Cultura a mediados del próximo mes de diciembre en un homenaje
programado por el Ayuntamiento.
La biógrafa
de García Leoz bucea en el autor en una época poco clara, la del Madrid de la
guerra civil (1936-39) en la que el de Olite se imbuyó en labores de apoyo al
régimen republicano en una capital cercada por las tropas golpistas, trabajo que
llevó a García a militar con tesón en la Alianza de Intelectuales
Antifascistas.
Despedida de las Brigadas, Foto Robert Capa |
Alberti,
Cernuda, Miguel Hernández, Federico García Lorca ... no eran muy buenas
compañías para aquel músico navarro cuando acabó la guerra con la victoria de
los franquistas. En 1940, García Leoz comenzó un periplo de cárcel y deportación,
de acusaciones y descargos, del que milagrosamente sobrevivió. El juez de
Responsabilidades Políticas de Madrid le acusó, por ejemplo, de ingresar en el ejército
republicano, servir de músico en sus filas y componer bandas para películas de “afecto
por la causa marxista”.
Conocida imagen del músico |
El olitense
intentó defenderse como pudo. Alegó que en el Madrid republicano mantuvo protegidos
en su casa a una cuñada monja y otra religiosa compañera de congregación, así
como a un hermano cura. Ello no fue óbice para que ingresara preso en la cárcel
madrileña de Porlier. “La pregunta más compleja de responder en la trayectoria
vital y compositiva de Jesús García Leoz era cómo después de su destacada
participación en los sectores cultos de la izquierda en la etapa de la Guerra
Civil, y su encarcelación, pasó a vivir de la composición para el cine en la
España de posguerra”, se interroga su biógrafa Laura Celaya.
La
respuesta también la apunta la investigadora. Su estrecha relación con Manuel
Turina pudo abrirle la puerta de la prisión, ya que el gobierno de la dictadura
había nombrado “comisario nacional de música” a “su querido maestro”. Pasaron
dos años hasta que la Audiencia de Madrid finalmente eximió sus
responsabilidades políticas. Desde la excarcelación hasta su muerte García Leoz
destacó en la composición de bandas sonoras para el cine, perfil con el que trascendió con películas como “¡ Bienvenido, Mister Marshall !”,
famosa comedia dirigida en 1953 por Luis García Berlanga.
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