viernes, 7 de diciembre de 2018

82 AÑOS DESPUÉS, ADOLFO PUDO REGISTRA A ADOLFO

Adolfo González y Nati Ochoa, sobrinos del desaparecido
La madre de Adolfo González Ochoa, Gloria, le puso el nombre en recuerdo de su hermano Adolfo Ochoa Gorri que con 19 años fue asesinado en 1936 por republicano y que, estos días y después 82 años de desaparición forzosa y un largo periplo burocrático, ha conseguido, por fin, ser oficialmente inscrito como difunto fuera de plazo en el Juzgado de Paz de Olite/Erriberri.
            Adolfo González y su prima carnal Nati, recientemente fallecida, se dieron cuenta del vacío legal cuando hace aproximadamente ocho años, en los últimos meses del gobierno del socialista Rodríguez Zapatero, acudió a Pamplona/Iruña el ministro de Presidencia Ramón Jáuregui para entregar unos diplomas en los que el ejecutivo central reconocía a varias víctimas navarras del golpe de estado. Los primos Ochoa evidenciaron que su tío tenía partida de nacimiento pero nadie había cerrado el círculo con la correspondiente nota de defunción. Seguía, a efectos legales, en una especie de limbo.
Ochoa (izq), su padre Pablo y su hermana Presentación
            Comenzó seguidamente un detenido trabajo de recopilación de información para tramitar la situación en el Registro Civil. Los familiares sabían que, junto a una docena de vecinos, Adolfo Ochoa había sido detenido el 31 de julio de 1936 y llevado a la prisión provincial de la capital navarra. En los papeles de la cárcel, los olitenses estaban junto a, por ejemplo, el anarquista Galo Vierge, que luego escribió un libro sobre los hechos, y también con la maestra socialista Camino Oscoz, arrojada a una sima y cuyo cadáver todavía no ha aparecido.
            La documentación de la prisión y otra recopilada por la UPNA revelan que los 13 presos de Olite/Erriberri fueron “liberados” el 27 de noviembre y, según todos los testimonios, asesinados después. “Desde esa fecha no hemos vuelto a tener noticias suyas, si bien es de dominio público que en aquellos meses de 1936 los presos que firmaban la carta de libertad en la prisión provincial de Pamplona eran entregados a patrullas paramilitares de falangistas y/o carlistas para ser ejecutados extrajudicialmente”, argumentó Adolfo González en el documento con el que reclamó la inscripción.
Homenaje a los olitenses represaliados en el 36
            El sobrino del desaparecido explicaba, además, que “desconocemos el lugar exacto donde fue ejecutado Adolfo Ochoa Gorri, aunque por las referencias a otros presos puestos en libertad y también fusilados creemos pudo ser en la Sierra del Perdón, en las cercanías de Pamplona, lugar en el que existen y están documentadas varias fosas comunes”. 
              La anhelada respuesta llegó hace unos días, después de que el Registro de la capital navarra facilitara la partida que necesitaba el Juzgado olitense para certificar legalmente una muerte que, 82 años después, la familia finalmente ha conseguido.

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