Personal del Servicio de Urgencias Rurales (SUR) ha mostrado
su malestar por la reforma sanitaria que afectará a sus condiciones laborales
y, especialmente, a la atención de los usuarios de las zonas rurales, como, en
principio, se planteó en el centro de salud de Olite/Erriberri del que inicialmente
se propuso su cierre presencial a partir de las 20,00 horas.
El plante obedece al silencio de
Salud sobre el contenido definitivo de la reforma de las urgencias
extrahospitalarias, que el departamento de Marta Vera asegura que aún no tiene definido.
Los afectados han mostrado su desacuerdo con las guardias
localizadas ya que, estiman, van en detrimento de la atención en los pueblos.
Las reclamaciones afectan en primer lugar a la exigencia de información
completa sobre la reforma, las condiciones en las que quedan las urgencias rurales
y cómo se va a garantizar la calidad asistencial a los usuarios, entre otros
aspectos.
Según Yolanda Martínez, médico del
servicio de Peralta, "si tenemos que atender un infarto en Caparroso, a 14
kilómetros de Peralta, primero nos tenemos que juntar médico y enfermera y
conducir. Así que la población tenga claro que no se le va a poder atender.
Sencillamente, sólo se va a llegar a certificar la defunción".
Los trabajadores han querido transmitir
que, ante una urgencia, los sanitarios estarán disponibles, pero no en el
centro. En estos casos el tiempo de respuesta es un factor primordial por lo
que exigen la presencia física de médico y enfermera en el centro para una
adecuada atención.
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