El Ayuntamiento de Olite abordó en su último Pleno un
recurso interpuesto por un particular contra la aprobación de las cuentas
municipales del año 2010, último del mandato de la exalcaldesa Mª Carmen Ochoa
(PSN), año en el que el interesado detecta supuestos defectos de facturación y manifiesta
su “perplejidad” por gastos en regalos, la adquisición de cestas de Navidad o
entradas para los toros.
La
sesión celebrada por la Corporación el día 31 de agosto vio el recurso de reposición
suscrito por A.C.E., extrabajador municipal con el que el Ayuntamiento ha
litigado largamente y por distintos asuntos. En esta ocasión, la disputa se
refiere a la aprobación de las cuentas generales de hace dos años, a las que el
vecino presentó unas alegaciones analizadas en junio.
En cumplimiento
del trámite de información pública obligatorio, el interesado accedió a unas
cuentas municipales en las que detectó la ausencia de firmas de conformidad en
facturas, carencia de albaranes o pagos abonados sin aprobación, según explica
en sus apreciaciones.
En otras
alegaciones “manifiesta no entender” gastos como la adquisición por parte del
Ayuntamiento de diez piezas de “regalo de protocolo” valoradas en 2.958 € o
seis sillas de oficina por 3.147 €, así como un mueble de planos para el
Archivo que costó 2.670 €.
El
desembolso de 1.302 € en cestas de Navidad para empleados es objeto de otra
objeción en la que, además, denuncia que “la mayor parte de los productos” se compró
en la tienda de un trabajador municipal, según mantiene el interesado.
Además, expone
su “perplejidad” por el gasto de 1.330 € en entradas para festejos taurinos,
observa diferentes precios a la hora de pagar los servicios de limpieza en
locales públicos y muestra su disconformidad con el desembolso de 39.375 € para
dotar de un ascensor a la Casa Consistorial.
El en el
rechazo del recurso el Ayuntamiento defiende que, por ejemplo, las
apreciaciones sobre facturación “no pasarían de ser meras irregularidades
formales no invalidantes”, con defectos eventualmente subsanables según el
consistorio.
En cuanto
a los gastos sobre los que muestra disconformidad el alegante, el Ayuntamiento
considera que el vecino manifiesta subjetividades, “por más que tales gustos,
preferencias o rechazos sean desde luego respetables”.
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