martes, 2 de julio de 2013

EL AÑO QUE SAN MIGUEL DE OLITE VOLÓ HASTA SEVILLA

La Exposición Iberoamericana que en 1929 se organizó en Sevilla contó con un pabellón dedicado a Navarra que reprodujo en su interior un claustro en el que lució la talla del arcángel alado San Miguel procedente de la iglesia de los Franciscanos de Olite, una talla que, pese a su importancia, hoy custodia con discreción un apartado sepulcro del templo de los frailes.

     El San Miguel de San Francisco ya no tenía cabeza cuando la Diputación Foral de Navarra ordenó que viajara hasta la capital hispalense. Las fotos de la época lo muestra tal y como luce actualmente: decapitado, con un acoraza de plumas y en posición de insertar una lanza al maligno dragón que se retuerce derrotado a sus pies.

    En los últimos 84 años el arcángel ha pasado casi desapercibido a la hora de difundir el patrimonio artístico olitense y, sin embargo, entre las piezas elegidas para representar a Navarra las autoridades del primer tercio de siglo XX pusieron los ojos en el ángel de los franciscanos como una de las más tallas más características.

      La muestra de pabellones y su contenido han sido recogidos recientemente por Juan José Cabrero Nieves en su blog(http://exposicioniberoamericanadesevilla1929.blogspot.com.es).  En este sitio colgado en Internet aparece una fotografía de la escultura olitense recopilada por la Filmoteca Española en una obra titulada “Las exposiciones de 1929” en la que incluye imágenes de la muestra sevillana y de la exposición internacional que el mismo año se desarrolló en Barcelona.

   En relación al pabellón navarro, Cabrero cuenta que en aquella época, en plena Dictadura de Primo de Rivera, el cardenal arzobispo de Sevilla era precisamente un pamplonés, Eustaquio Ilundáin, que había mediado en la participación foral del certamen.

   A Navarra le asignaron una parcela de 480 m2 situada en la Plaza de los Conquistadores, con fachada al estanque central. El habitáculo estaba diseñado por el arquitecto José Yárnoz Larosa, restaurador junto a su hermano del castillo de Olite, y reproducía en el frente la portada de la iglesia de San Miguel de Estella, con verjas réplica de las de la capilla de la catedral de Pamplona forjadas con las cadenas de las Navas de Tolosa.

    El patio imitaba un claustro románico alrededor del cual estaba nuestro San Miguel de Olite, capiteles procedentes de la catedral pamplonesa, ménsulas y otras obras de arte como el crucero de Etxalar, una custodia de Sangüesa, un dosel de Lesaka o una arqueta de Peralta.

     Navarra cuidó con detalle la exhibición de sus joyas y, entre ellas, también seleccionó las cubiertas de un evangeliario del siglo XII perteneciente a la Colegiata de Roncesvalles, una armadura de Felipe III, así como dos cálices, un copón, una cruz procesional, una custodia, un altar, un relicario y otras piezas, marfiles y estandartes.

    Tras la exposición andaluza, el San Miguel de Olite volvió a su templo franciscano y ahora se le puede observar destacado sobre el sepulcro gótico situado a la entrada de la iglesia, a mano derecha según se accede por la puerta principal, y que pudo pertenecer a la familia de los Iracheta. El Catálogo Monumental de Navarra describe al arcángel  como “una pequeña figura de San Miguel, del siglo XV, que ha perdido la cabeza... de formas estilizadas describe una elegante curva muy del gusto gótico”.

    La poco conocida relación de los franciscanos de Olite con el santo que mataba dragones y diablos no se atiene solo a la figura que fue exhibida en Sevilla. Lamentablemente el templo albergó otra representación de la alada figura que ya no está en la localidad. En 1977 fue a parar al Museo de Navarra.

     Se trata de una tabla pintada del siglo XVI que perteneció al retablo de la Visitación. Estaba en una capilla a los pies de la Epístola. En ella había una imagen de San Miguel, y otras dos más también hoy en Pamplona, una pintura central de la Virgen, y otra lateral de San Juan.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en El Oltense. Tenemos en cuenta tus opiniones y próximamente publicaremos el comentario si se atiene a los parámetros editoriales. Síguenos y cuéntanos.