viernes, 12 de octubre de 2018

EL RASTRO ARQUEOLÓGICO DE OLITE VA MÁS ALLÁ DE ROMA

Estela con la escritura anterior a los romanos
Las excavaciones arqueológicas realizadas en los últimos años en la zona del claustro de la iglesia de Santa María y la antigua capilla de San Jorge, junto al Parador, revelan que Olite ha estado poblado desde hace más de dos mil años, desde una época anterior al Imperio Romano y con continuidad hasta nuestros días.
            Los arqueólogos Nicolás Zuazúa y Carlos Zuza impartieron el día 5 en el Museo del Vino una conferencia, organizada por la UPNA y el Gobierno de Navarra en colaboración con el Ayuntamiento y Guiarte, en la que divulgaron información del estudio que culminó con la restauración de la Portada de la iglesia gótica, dentro de un ciclo de conferencias más amplio titulado “Cinco puertas abiertas al Patrimonio Cultural” que se ha desarrollado en Estella, Pamplona, Tudela, Sangüesa y Olite. 
Enterramiento y columna hallados en 2016
          
Quizá los datos más novedosos sobre el yacimiento olitense son los que descubren informaciones anteriores al siglo I aC, como un molino de harina que apareció enterrado a tres metros de profundidad o la ya estudiada inscripción parcial tallada en un euskera arcaico o “paleovasco” encontrada en la base de una torre del Parador (Palacio Viejo) y que ha investigado el filólogo de la universidad de Barcelona Javier Velaza.
Excavación realizada en el claustro de Santa María
            En cuanto a restos de la época romana, Zuazúa y Zuza explicaron que en las excavaciones se encontró un muro y una habitación romana en el lugar donde hoy está Santa María, así como cerámica y el resto de una cornisa de un edificio importante. Los arqueólogos precisaron que la zona del cementerio ubicado junto a la iglesia se cubrió con tierra varias veces a lo largo de los siglos, lo que ayudó a la buena conservación de los restos y ha facilitado un estudio que delimita cuatro épocas claras de enterramientos.
Yacimiento en la capilla de San Jorge
            En la fase “tardoantigua o altomedieval”, además de los restos romanos y anteriores, llama la atención un enterramiento en “cistas” que no son de piedra, tan abundante en la zona, sino elaboradas en adobe o ladrillo, técnica similar a algunos cementerios musulmanes. En la parte del claustro, además, se testó una tumba con carbono 14 que data del s.VII al VIII y está ubicada en una zona que en la época estaba fuera del límite de la localidad. En el claustro también se ha detectado un cuarto lado que desapareció. En la excavación hay cuatro columnas de la época medieval, aunque en el conocido dibujo de Villamil solo salen dos porque las de los extremos se desmontaron.
Esqueleto de la zona
            En la fase románica o anterior al año 1300 (s.XIV), los estudios informan de cámaras o cistas realizadas ahora sí con losas o piedras. Se descubren estelas discoideas con algún símbolo. Las tumbas de la zona de la capilla de San Jorge son, en general, iguales y sin ajuar.
            En el periodo de excavación gótica, del año 1300 al 1450 (S. XIV –XV), la zona del claustro de Santa María se satura de tumbas porque es la época de mayor población. Los enterramientos son en fosas simples, con sudarios o mortajas sencillas, todas iguales, tal y como se apreció en el sondeo realizado en diciembre de 2016 para colocar los cimientos del tejadillo que ahora protege la fachada.
Huellas del templo primitivo
            Finalmente, en la fase más moderna, de 1450 a principios del s XIX, los cuerpos en decúbito supino (hacia arriba) tienen la cabeza orientada al Este, como las iglesias. En el claustro hay una zona de enterramiento infantil, justo debajo de la Portada y de la Virgen, sin distinciones jerárquicas.

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