jueves, 16 de junio de 2011

LA BODEGA COOPERATIVA OLITENSE CELEBRA 100 AÑOS

La Bodega Cooperativa Olitense, la primera creada en Navarra, cumple un siglo de su fundación por el sacerdote Victoriano Flamarique y por este motivo se va a celebrar el día 1 una fiesta que va ir precedida de una conferencia de carácter histórico.

Los actos previstos comenzarán el jueves 30 con una charla que lleva el título “Bodega Cooperativa Olitense, cien años de historia”, y que tendrá lugar en la sede de la propia sociedad, en rúa Romana nº 7, a las 19,30 horas.

Al día siguiente, el viernes 1 de julio, festividad del Corazón de Jesús que tradicionalmente acoge la comida anual que reúne a los socios cooperativistas, el programa oferta la habitual misa de hermandad en Santa María y el aperitivo siguiente.

A la comida de este año seguirá, como evento especial, un café concierto con mariachis que se desarrollará en el salón de la Cooperativa y al que seguirá la acostumbrada txistorrada en la rúa Romana.

“Esperamos contar con vuestra presencia ya que sin vosotros no hubieran sido posibles estos cien años de historia”, termina la carta que los organizadores han enviado a los socios de la cooperativa que en la actualidad está integrada, junto a Pitillas y Ujué, en la marca Bodegas Vega del Castillo.

La historia del vino navarro ha transcurrido paralela a Olite. Cerrada la crisis de la filoxera, que se declaró en el año 1896, se fundó en 1911 la primera bodega cooperativa. Su constitución no se entiende sin la llegada al pueblo en 1903 del nuevo cura de la entonces parroquia de Santa María, el sacerdote y sociólogo Victoriano Flamarique Biurrun (Beire, 1872-Tarazona, 1946).

Seguidor de la teoría social de la Iglesia que también predicaba en Navarra Antonio Yoldi, el nuevo párroco vio enseguida la oportunidad de trabajar con la base del campesinado que malvivía del préstamo abusivo que, generalmente, salía de la bolsa de los vecinos más pudientes.

Al año de llegar a Olite, Flamarique también tramó la creación de una nueva Caja Rural que se iba a convertir en “terror de los usureros” al hacer, en sus propias palabras, “productivos los pequeños ahorros” de unos agricultores que hasta ese momento tenían que acudir al capitalista local para que, a costa de elevados intereses, les financiara una pobre subsidencia.

Los beneficios de la nueva Caja, que en seis años pasó de 24 a 350 socios, también se van a invertir en rentabilizar el fruto de la vid en beneficio de las clases humildes. Según deja escrito, el cura sueña con “ayudar al pueblo a la elaboración más ventajosa de su vino” y librar a los viticultores humildes de “la necesidad de vender la uva en el tiempo de recolección, por carecer de cubas y lagares, a precios que pueden ser ruinosos”. Para ello, y para zafarse de los empresarios particulares que aprovechaban estas carencias, se crea en 1911, hace precisamente ahora cien años, la primera bodega cooperativa de Navarra.

El Olite de la época, con apenas 3.000 almas, sorprende a propios y extraños por su rápida pujanza. La Caja y las cinco cooperativas que financia, entre ellas la Bodega, dan al pueblo prosperidad y autosuficiencia.

En una de sus conferencias sobre el modelo cooperativo de Olite, Flamarique dejó escrito que la labor fraguada en la ciudad no eran solo económica, sino que su objetivo último era de justicia social: “No se ha fundado sólo para lograr ganancias como una empresa industrial, sino para procurar el bien integral de la clase labradora”.

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