El estudio de unas frases en euskera manuscritas en los
márgenes de un libro que a principios del s. XVI perteneció, con casi toda probabilidad,
al conde Ezpeleta de Beire, alcaide del castillo de Olite/Erriberri, ha llamado
la atención del catedrático de lingüística y profesor de la universidad de
Texas San Antonio (EE.UU.) Francisco A. Marcos-Marín, al que el manual navarro
le llegó desde Argentina. El anuario de un seminario de filología vasca de la
UPV se ha hecho eco recientemente del hallazgo porque, de ser fehaciente, rompe
tantos mitos que merece la pena pararse a pensar que testimonia la presencia
escrita del euskera en la navarra media en una época muy temprana y, además, de
puño y letra de la nobleza de mayor abolengo, un prueba de que la lengua no
solo era empleada verbalmente por el vulgo.
El profesor Marcos-Marín |
El estudio
recuerda que el patrimonio de los Ezpeletas, y su biblioteca con él, se deshizo
en 1895. La congregación religiosa de los Padres Blancos compró la casa
palacio, que actualmente es el albergue de Beire. Por entonces debió producirse
la adquisición del libro titulado “Las Trescientas”, en el que, en un margen,
hay escritas a pluma varias palabras claramente en euskera, que podrían ser el
borrador de una invitación a una ceremonia familiar, según los expertos.
Resulta, también, que el conjunto de libros fue adquirido por el estudioso
francés Raymond Foulché-Delbosc que los revendió a la Biblioteca Nacional de la
República Argentina.
Palacio de los Ezpeletas en Beire |
Marcos-Marín,
que también ha sido catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid y profesor
en La Sapienza de Roma, precisa que el libro que contiene las frases está
impreso en Granada en 1505 y que de él interesan especialmente “tres líneas del
vuelto de la portada, escritas en vasco” con letra del siglo XVI, “por lo que
podrías ser del primer o uno de los primeros propietarios del impreso”.
El texto es
el siguiente:
Mutila
nescatoa andrea gisona mutil chaperuge // antonjo gandaygu suquetanjque
gandaygu // armosadu meryendadu // [zue] //
(mutila, neskatoa, andrea, gizona,
mutil txaperuge Antonio, jan daigu [n] suk eta nik jan [¿edan?] daigu [n]
armosadu merindadu // [zue]
El mozo, la moza, la mujer, el
hombre, mozo sin boina // Antonio, comamos vos y yo, comamos [¿bebamos?], //
almorcemos, merendemos // [vosotros ?]
Según el
investigador, el manuscrito puede ser una prueba, “quizás del borrador de una
invitación a una boda, en la que mutila, nescatoa, es decir, los jóvenes, se
habrían convertido socialmente en andrea, gizona, algo así como los novios, ya
mujer y marido”. El texto, “sin duda escrito en euskera occidental”, fue
también analizado por expertos como el ujuetarra Patxi Salaberri, de la
academia vasca Euskaltzaindia.
El
testimonio, continúa Marcos-Marín, es de importante valor porque fragmentos con
más de cinco palabras escritas en euskera “son escasísimos hasta el siglo XVI”
y más por su localización en el centro-sur de Navarra. El autor recuerda que un
documento de 1587 conservado en el seminario de Vitoria/Gasteiz incluye que,
por ejemplo, San Martín de Unx todavía era euskaldun pero Beire, del que se
segregó administrativamente, no. “El texto objeto de comentario parece
corroborar que a principios del siglo XVI, cuando se escribió, la zona seguía
teniendo presencia y uso de la lengua vasca, si bien, a juzgar por el mismo
texto, ya marginal”, opina el autor.
Un pregonero euskaldun en Olite
Sello de la familia Ezpeleta |
Un legajo
de 1574 hallado en el Archivo de Protocolos daba cuenta de una multa puesta por
las autoridades locales precisamente contra el criado del noble Pedro Ezpeleta
Nabarra, un tal Beltrán Gárriz que, sin permiso municipal, pregonó “en
bascuence” en plena Plaza los tratos con unas yeguas de su señor, anuncio que
tenía que hacer a través de un empleado del concejo y por ello fue sancionado.
El auto del
notario Sebastián Marzán “contra don Pedro de Ezpeleta, mayor, y los de su casa
y criados” revelaba que, a penas 50 años después de la conquista de Navarra, la
antigua lengua vascona estaba viva en la Plaza de Olite, foro donde se reunía
en vecindario para cerrar sus negocios.
La denuncia
decía así: “En la villa de Olit, a los doce días del mes de junio de mil
quinientos setenta y cuatro. Estando juntados en el ayuntamiento los señores
Alcalde y regidores donde se hallaron presentes Juan de Basurto, Alcalde, Juan
de Mauleón, Pedro Ripalda y Francisco de Miguel, regidores. Por el dicho alcalde
fue propuesto que, ayer viernes, que se encontraba once días del mes de junio,
un criado de don Pedro de Ezpeleta que guarda la yeguas que andan en el guazán,
llamado Beltran de Garriz, llegó a la plaza y se subió encima del tablero de la
casa de Juan de Irigoyen que tenía en la plaza, y en bascuence pregonando dijo
que todos los que tenía yeguas en el guazán de la casa de don Pedro de Ezpeleta
fuesen por ellas, que estaban en el
corral, y viesen si aquello era contra la autoridad de la villa y proveyesen lo
que más conveniese, lo cual, enterados por el dicho Regimiento y platicando
sobre ellos, atendiendo y considerando que la dicha villa tiene personas que
hacen aquel oficio, y de que ningún vecino particular ni otro haga cosa
semejante como aquella porque es perjuicio de la dicha villa y su autoridad, se
proveyó y mandó que se notificara a don Pedro de Ezpeleta, mayor, que otra vez
ningún criado de su casa por su mandato ni de otra manera mande hacer ni haga
semejantes pregones ....”
Olite euskalduna izan zen eta erabat euskalduna izango da.
ResponderEliminarOrduan bai berriro jan daigu [n] guztiok elkarrekin...